Juan apura su segundo coñac apostado en la barra del bar sin atender apenas al partido de fútbol que emiten por el televisor. Un viejo Sony Black Trinitron que lagrimea churretes de aceite, consecuencia del arduo trabajo de la freidora durante catorce incesantes horas al día, recalentando pancetas con sabor a cebolla pochada. Todavía le…
Lo vieron llegar por el camino de los contrabandistas. Siempre aparecía por allí cuando se aventuraba a robar en los campos de los señoritos. Un día de estos le pegarían un tiro y nadie lo recogería de entre los rastrojos; sólo los buitres sacarían provecho. De lejos ya se veía que traía el saco lleno….
La miró dormida en el sillón. La cabeza ladeada sobre un hombro, el pelo blanco cortado a lo chico y las gafas sobre el pecho que se balanceaban al ritmo pausado de su respiración. Un libro reposaba abierto sobre su falda. Una oleada de ternura lo invadió. Sí tenía sus años, pero él siempre la…
Només travessar la porta, la Clara li descobria el foc dins els ulls i li olorava quan ell se li apropava per l’esquena, l’ alè de verí al clatell. Aleshores es preparava, posant-se a resguard, fins que ell pitjava el detonador. Aquella nit, com tantes altres, El Ramon va desar el seu maletí dins l’armari…
Cuando recobré el sentido, estaba en la cama de un hospital. Me dolían hasta las pestañas. El médico me informó que había estado a punto de matarme y que, gracias a Dios, solo tenía roto el fémur de la pierna derecha, dos costillas, el cúbito y el radio del brazo derecho y habían tenido que…
Elisabet…. Todo en ese nombre me gustaba. La ele, que hace deslizar la lengua sobre el paladar. La ese, tan vibrante en los labios. La be, como un beso brevísimo y mudo. La te, llena de fuerza para marcar un espíritu luchador. La i, esbelta como un junco. La a, que llena los pulmones de…
Mi esposo debía morir. El divorcio no era una opción, yo deseaba quedarme con todo el patrimonio conyugal y, ¡por supuesto!, también con la indemnización del seguro de vida. La cuestión que se me planteaba era cómo cometer el crimen perfecto. He visto muchos capítulos de la serie C.S.I., y sé que son infinitas las…
Veintisiete minutos tarde. Para veintiocho. No hay mejor manera para controlar un reloj que escrutarlo frente a frente, a solas, en una misma sala de esperas. De esta forma es posible percibir cada uno de los movimientos del engranaje interno que permite el acoplamiento perfecto de un diente cóncavo y otro convexo, suscitando dicho ajuste…
Siempre pensando que seríamos invencibles. Siempre juntos. Siempre fuertes. Trato de descifrar este laberinto de emociones, de errores, de fracaso, pero no lo consigo. Y aún recuerdo cómo te veía, recuerdo esa sensación indescriptible que crecía en mi estómago cuando tus labios dibujaban una sonrisa. Recuerdo el orgullo al pasear junto a ti, cogidos de…
De todos los escenarios que había imaginado el señor Menzel, el que tenía enfrente ocupaba, por mucho, la última posición en su lista de posibilidades. El lugar, al menos desde afuera, no podía estar más lejos de su idea arquetípica de sala de tortura. Por esta razón extrajo de su bolsillo, junto con un pañuelo…