Veintisiete minutos tarde. Para veintiocho. No hay mejor manera para controlar un reloj que escrutarlo frente a frente, a solas, en una misma sala de esperas. De esta forma es posible percibir cada uno de los movimientos del engranaje interno que permite el acoplamiento perfecto de un diente cóncavo y otro convexo, suscitando dicho ajuste…
Llamé a la compañía de taxis para que me recogieran al final de la calle. Era un barrio alejado del centro, así que tendría que esperar unos veinte minutos en una noche que ya se vislumbraba fría antes de salir de casa, pero como ya me había comprometido a acudir y mis amigos insistieron tanto,…
Con diez años, cometió su primer robo en una granja que se encontraba de camino a la escuela. Fue un acto instintivo, sin haberlo planeado por adelantado. El hurto fue una bolsa de regaliz negro. Aunque silo al salir a la calle se arrepintió de cogerla, después de un rato de pensar mientras saboreaba la…
El hueso de la carrera era Derecho Romano, casi nadie era capaz de aprobarlo. Asignatura, ésta, que impartía el doctor en ciencias jurídicas Don Ramiro Burguillos del Valle con el talante despótico de un Emperador. La leyenda universitaria cifraba en decenas los casos de estudiantes que no habían podido licenciarse por tener romano aún pendiente…
Recuerda que no se había quitado los zapatos. Ni siquiera había puesto un paño sobre el asiento de la silla. Evoca en su memoria que, desde allí subido, miraba, a través de la ventana, el paso de los coches que circulaban sin pensar en los demás; ajenos a la vida individual del resto de la…
Mamá hace tiempo que no está con nosotras. Una mañana del invierno pasado decidió rastrear con uñas y dientes su propio destino y se largó al París de la Francia con su último regente. Salió de casa como una reina de picas: ojos sombreados que le prestaban aspecto de mapache, labios afrutados hasta la vulgaridad…
Papá me contó muchas veces esta historia. Y yo aquí la repito para que por fin quede por escrito. Corrían los años 50 del siglo XX en la Sicilia de la postguerra. Mi nonno, Calogero Centofanti, hombre noble de buen proceder, era sin embargo muy caprichoso a la hora de comer. Y cada vez que…
Contempla l’ascens lent, vertical. No en pot apartar la mirada. Hi ha un efecte sedant, hipnòtic en l’ascensió. La sorprèn la regularitat, el silenci, una certa ingravidesa. S’hi troba còmoda. El temps s’atura. La respiració s’alenteix. Minuts enrere, el so del tap, l’havia deixat extasiada, alerta. Un esclat breu, sec, contundent; un anunci sonor del…
A Barcelona, la fredor d ́aquella tarda d ́hivern de 1.874 mossegava amb ràbia. La llum del dia anava perdent la seva força. Els fanals de gas il·luminaven tímidament els carrers estrets i humits de Ciutat Vella. Una boira espessa de mar avançava cap a terra, a poc a poc. Les gavines i altres ocells…
A Barcelona, la fredor d ́aquella tarda d ́hivern de 1.874 mossegava amb ràbia. La llum del dia anava perdent la seva força. Els fanals de gas il·luminaven tímidament els carrers estrets i humits de Ciutat Vella. Una boira espessa de mar avançava cap a terra, a poc a poc. Les gavines i altres ocells…