Muchas jotas habían marcado su vida. Lustros y más lustros dedicados a la judicatura, todavía hoy se le recordaba en los pasillos de los juzgados como un juez iracundo y autoritario, algo jacobino, si se me permite la expresión. Infundía verdadero terror, podría decirse que ajusticiaba más que impartir justicia.
Jordi Julià
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